Oddun: Otura Sa
En una época en que una terrible enfermedad azotaba una aldea, los habitantes sufrían no solo básicamente, sino también emocionalmente, ya que el miedo y la desesperación los habían llevado a distanciarse unos de otros. En su angustia, acudieron al Orisha Babalu Ayé, conocido por su compasión y su capacidad para sanar tanto el cuerpo como el alma.
Babalu Ayé llegó al pueblo, vestido humildemente y cubierto de marcas que simbolizaban su propia conexión con el sufrimiento y la sanación. Los aldeanos lo miraron con curiosidad, pero también con dudas. En lugar de comenzar con grandes palabras o acciones, Babalu Ayé se arrodilló y comenzó a cuidar a los enfermos, limpiando sus heridas y ofreciéndoles agua y palabras de consuelo.
“Para sanar, deben aprender a cuidar unos de otros”, dijo Babalu Ayé mientras trabajaba incansablemente. Inspirados por su ejemplo, los aldeanos comenzaron a unirse ya ayudarse mutuamente. Pronto, las barreras entre ellos se desvanecieron, y la aldea se transformó en una comunidad llena de amor y apoyo mutuo.
Con el tiempo, la enfermedad comenzó a desaparecer, y el pueblo entendió que la verdadera sanación no solo viene de los remedios físicos, sino también de la conexión y el servicio desinteresado hacia los demás. Desde ese día, los aldeanos recordaron siempre la lección de Babalú Ayé: la compasión y el servicio son las medicinas más poderosas.
Reflexión:
Este pataki, de acuerdo con el oddun Otura Sa, nos enseña que la sanación viene a través del servicio y la compasión. Babalu Ayé nos muestra que, al cuidar de los demás y unirnos como comunidad, podemos superar incluso las pruebas más difíciles.