Oddun: Irete Meji
En los días antiguos, Osun, el Orisha de la protección, la paz y la estabilidad, era conocido por su capacidad de observar desde las sombras y cuidar de aquellos a quienes protegía sin ser notado. Se aseguraba de que el equilibrio se mantuviera, pero rara vez intervenía directamente. En cambio, su influencia era silenciosa y discreta.
Un día, un joven del pueblo se encontraba en peligro. Sin darse cuenta, se había acercado demasiado a un precipicio, y una fuerza oscura intentaba tentarlo a caer. Osun, observando la situación desde la distancia, sabía que si intervenía directamente, el joven no aprendería a reconocer las señales de peligro.
Entonces, Osun tomó la forma de un ave pequeña que revoloteaba cerca del joven. El joven, extrañado, comenzó a seguir al ave, intrigado por su movimiento. Poco a poco, el ave lo condujo lejos del precipicio y hacia un lugar seguro.
Cuando el joven se dio cuenta de dónde estaba, miró a su alrededor, preguntándose cómo había llegado allí. En ese momento, sintió una paz profunda y comprendió que había sido guiado sin saberlo. A partir de ese día, comenzó a prestar atención a los signos sutiles de protección y a confiar en su intuición.
Osun se aseguró de que el joven estuviera a salvo, sin necesidad de grandes gestos, enseñándole que a veces la protección es silenciosa y que debemos aprender a sentir la presencia de las fuerzas que nos cuidan en silencio.
Reflexión:
Este pataki, de acuerdo con el oddun Irete Meji, nos enseña que la verdadera protección no siempre es visible y que a veces las fuerzas que nos cuidan lo hacen de manera sutil. Osun nos muestra que debemos confiar en nuestra intuición y reconocer los signos de protección a nuestro alrededor.