Oddun: Ogunda Tula
En tiempos antiguos, un pueblo vivía rodeado de montañas y bosques densos, luchando por sobrevivir en un terreno duro y hostil. Los aldeanos enfrentaban hambre porque la tierra parecía impenetrable y no podían sembrar ni construir con facilidad. Desesperados, pidieron ayuda al Orisha Oggún, el maestro del hierro, el trabajo y la perseverancia.
Oggún escuchó sus súplicas y descendió al pueblo, vestido con su armadura y portando su machete, símbolo de su fuerza y determinación. Sin decir una palabra, comenzó a trabajar, cortando árboles, despejando los caminos y labrando la tierra. Su energía era inagotable, y los aldeanos, aunque admirados, no se atrevieron a unirse a él, temerosos del arduo esfuerzo.
Finalmente, Oggún se detuvo y los miró con seriedad. “Si queréis prosperidad, debéis forjarla con vuestras propias manos,” dijo. Inspirados por su ejemplo, los aldeanos comenzaron a trabajar junto a él, aprendiendo a usar herramientas, construir refugios y sembrar en el terreno que antes parecía imposible.
Con el tiempo, el pueblo floreció. Los bosques se convirtieron en campos fértiles, los caminos se abrieron y la comunidad prosperó gracias a su esfuerzo colectivo. Oggún, satisfecho, les recordó: “El verdadero poder no está en el hierro ni en las herramientas, sino en la voluntad de trabajar y perseverar frente a cualquier obstáculo.”
Desde entonces, los aldeanos veneraron a Oggún como el Orisha que les enseñó la importancia del trabajo duro y la perseverancia, y nunca más se rindieron ante los desafíos de la vida.
Reflexión:
Este pataki, vinculado al oddun Ogunda Tula, nos enseña que la perseverancia y el trabajo duro son claves para superar cualquier adversidad. Oggún nos muestra que la fuerza verdadera está en la acción constante y la determinación.