Oddun: Oyeku Meji
En una aldea próspera, un joven llamado Ade buscaba el éxito y la felicidad, pero no sabía qué camino elegir en su vida. Todos en el pueblo le daban consejos diferentes: unos decían que debía dedicarse al comercio, otros le sugerían trabajar la tierra, y algunos le instaban a buscar aventuras más allá de las fronteras de su hogar. Confundido, Ade decidió buscar la guía de Elegguá, el Orisha que abre los caminos y cuida del destino.
Elegguá apareció en la encrucijada del bosque, riendo juguetonamente y sosteniendo su bastón. “Ade,” dijo Elegguá, “te mostraré tres caminos, pero la decisión de cuál tomar es tuya.”
Con un gesto, Elegguá señaló tres senderos. El primero estaba lleno de riquezas y joyas, pero parecía resbaladizo y peligroso. El segundo conducía a un campo fértil, donde la vida parecía sencilla y estable. El tercero era oscuro y misterioso, con una luz débil al final.
Ade, ansioso por tomar la decisión correcta, le pidió a Elegguá que le dijera cuál era el mejor camino. Elegguá, con una sonrisa enigmática, respondió: “No hay un camino correcto o incorrecto. Cada uno lleva a un destino diferente, y cada destino te enseñará algo valioso. La clave es caminar con confianza y asumir la responsabilidad de tus elecciones.”
Ade reflexionó y finalmente eligió el tercer camino, el más misterioso. A medida que avanzaba, enfrentó desafíos y dificultades, pero también aprendió lecciones valiosas que lo hicieron más sabio y fuerte. Al llegar al final del camino, se encontró en un lugar lleno de oportunidades y prosperidad, pero lo más importante fue el crecimiento personal que había experimentado.
Desde entonces, Ade entendió que Elegguá no solo abre caminos, sino que también enseña que el verdadero poder está en tomar decisiones con valentía y aceptar las consecuencias.
Reflexión:
Este pataki, de acuerdo con el oddun Oyeku Meji, nos enseña que el libre albedrío es una bendición y una responsabilidad. Elegguá nos muestra que nuestras elecciones definen nuestro destino y que debemos caminar con confianza y aceptar los aprendizajes en cada paso.