Oddun: Osa Ogbe
En un pequeño pueblo pesquero, los habitantes vivían a orillas del océano bajo la protección de Yemayá, la madre de todos los Orishas y diosa del mar. Una noche, una feroz tormenta azotó el pueblo, destruyendo sus casas y arrasando con sus botes. Los aldeanos, desolados, rezaron a Yemayá, suplicando su ayuda.
Yemayá apareció al amanecer, emergiendo del mar con su concha sagrada en la mano, vestida con sus colores azul y blanco, irradiando calma y poder. Les habló a los aldeanos: “Así como las olas caen y se levantan, vosotros también debéis aprender a reconstruir después de cada desafío. La fuerza no está en evitar la tormenta, sino en levantarse después de ella.”
Yemayá les enseñó a usar los recursos que la tormenta había traído: madera de los árboles caídos para reconstruir sus botes y algas para reforzar sus techos. Con su guía, los aldeanos trabajaron juntos, no solo para restaurar lo perdido, sino también para construir un pueblo más fuerte y preparado para futuras tormentas.
Al final, Yemayá les recordó: “El océano nunca se detiene, y vosotros tampoco debéis deteneros. La resiliencia es la clave para enfrentar los desafíos de la vida.”
Desde ese día, los aldeanos veneraron a Yemayá no solo como la protectora del mar, sino también como la maestra de la resiliencia, recordando siempre que cada caída es una oportunidad para levantarse con más fuerza.
Reflexión:
Este pataki, vinculado al oddun Osa Ogbe, nos enseña que la resiliencia y el trabajo en comunidad son esenciales para superar las adversidades. Yemayá nos muestra que los desafíos son parte de la vida, y que cada uno de ellos trae consigo la oportunidad de crecer y fortalecerse.