Oddun: Oshe Ika
En un tiempo en que la tierra era fértil y los ríos fluían con abundancia, los habitantes de un pueblo olvidaron la importancia de la gratitud. Aunque vivían rodeados de belleza y recursos, se quejaban constantemente y no reconocían la generosidad de Oshún, la Orisha de los ríos, el amor y la riqueza.
Oshún, al ver la ingratitud de los aldeanos, decidió enseñarles una lección. Disfrazada de una mujer común, comenzó a caminar por el pueblo, pidiendo ayuda y agua para beber. Sin embargo, los aldeanos, atrapados en su propio descontento, ignoraron su presencia y rechazaron ayudarla.
Ofendida pero decidida, Oshún hizo que las aguas de los ríos se retiraran. La tierra se secó, y los campos comenzaron a marchitarse. Los aldeanos, desesperados, comprendieron que habían dado por sentado la abundancia que Oshún les había otorgado.
Arrepentidos, comenzaron a buscarla para pedirle perdón. Oshún reapareció junto al río seco, esta vez en su forma divina, vestida en sus brillantes ropas doradas, sosteniendo su espejo. Con una voz dulce pero firme, les dijo: “La abundancia no solo está en lo que se tiene, sino en cómo se valora. Si no aprendéis a agradecer, no sabréis cuidar lo que poseéis.”
Los aldeanos ofrecieron cantos, bailes y ofrendas en su honor, prometiendo cuidar y valorar la belleza que los rodeaba. Conmovida, Oshún hizo que las aguas volvieran a fluir, devolviendo la prosperidad al pueblo.
Desde entonces, los aldeanos aprendieron a valorar y agradecer por lo que tenían, venerando a Oshún como la fuente de su abundancia y amor.
Reflexión:
Este pataki, vinculado al oddun Oshe Ika, nos enseña que la gratitud y la autovaloración son esenciales para mantener la abundancia. Oshún nos muestra que debemos reconocer y cuidar las bendiciones que tenemos para vivir en armonía y prosperidad.