Oddun: Odi Meji
En tiempos antiguos, Obba, la Orisha de la devoción y el sacrificio, era conocida por su inmenso amor y lealtad hacia aquellos que amaba. Un día, escuchó que su esposo, Changó, deseaba algo que ningún otro había sido capaz de ofrecerle. En su profundo amor y compromiso, Obba decidió hacer un gran sacrificio para cumplir con sus deseos, esperando fortalecer aún más su relación con él.
Guiada por rumores y la presión de quienes le decían cómo debería mostrar su devoción, Obba cometió un acto impulsivo, creyendo que sería bien recibido. Se cortó una oreja y la ofreció a Changó como símbolo de su amor. Pero al ver el sacrificio extremo, Changó, sorprendido y perturbado, no reaccionó como ella había esperado. En cambio, comenzó a distanciarse, incapaz de comprender el gesto tan dramático de Obba.
Devastada por su reacción, Obba se retiró y comenzó a reflexionar sobre la naturaleza de su sacrificio. Con el tiempo, comprendió que el verdadero amor y la devoción no requieren actos extremos, sino respeto mutuo y comprensión. Aprendió a valorarse a sí misma y entendió que su lealtad no debía llevarla a perder su dignidad o su bienestar.
Desde entonces, Obba representa la fuerza de la devoción con límites saludables, recordándonos que la lealtad y el sacrificio son importantes, pero que también debemos cuidar de nosotros mismos y mantener nuestra integridad.
Reflexión:
Este pataki, de acuerdo con el oddun Odi Meji, nos enseña que el sacrificio y la lealtad son valiosos, pero deben venir desde un lugar de respeto propio. Obba nos muestra que el amor verdadero no debe implicar perder nuestro valor o dignidad, sino encontrar equilibrio en nuestras relaciones.